Todos los que seguimos el mundillo de las motos, sabemos de sobra que el apellido GSXR, es sinónimo de deportividad y de altas prestaciones. Suzuki se ha puesto manos a la obra y ha decidido darle una vuelta de tuerca completa a su modelo de supersport. Para el año que viene pretenden que se nos destrocen las cervicales cuando la veamos pasar por la calle o nos quedemos embobados mirándola al pasar caminando cerca de ella.
Uno de los aspectos que más llama la atención es la radical reducción de peso, llegando a marcar en la báscula unos espectaculares 175 kg. sin los llenos, amén de un aumento de potencia, para llegar a los 126 CV. a 13.500 r.p.m. A que suena bien?.
El motor de la japonesa mantiene la estructura, pero aprovecha mejor lo que tiene dentro, gracias a una mejora en la ventilación entre los cilindros y algunos retoques en la admisión. Una de las zonas en las que más peso se ha conseguido ahorrar ha sido en el escape, nada menos que 1.700 gr. consiguiendo un bloque muy bien resuelto con funda de titanio incluida en el silenciador. El equipo de freno delantero, monta unas espectaculares pinzas monobloque de anclaje radial, firmadas ni más ni menos que por la firma italiana Brembo, que consiguen ahorrar casi medio kilo respecto del modelo del año anterior. El cuadro de relojes es de nueva factura, más compacto y ligero que su predecesor y con una vista muy atractiva, incluye además indicador de marcha engranada, muy útil si piensas entrar en circuito. Incluye también un amortiguador de dirección electrónico ubicado por delante de la tija. Para terminar completa el conjunto con una horquilla invertida montada por la firma Showa, toda una garantía.
En resumen, que Suzuki quiere ponernos los dientes largos esperando a ver de que es capaz esta maravilla.
Esta entrada va por ti, Poli.
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