BMW S1000RR

Desde que apareciera en el mercado la R 80 G/S, allá por el año 1980, ningún modelo de la marca Bávara había revolucionado tanto el mercado, como lo ha hecho la Superbike alemana.

Cuando BMW, se planteó entrar a competir en el Mundial de Superbikes, como suelen hacer los alemanes, fueron poco a poco, pero siempre pisando sobre seguro y no se presentaron hasta que no tuvieron una buena base, la S1000RR, lleva ya dos años compitiendo en el Mundial y cada vez esta más arriba, este anhelo, de competir ha dado como resultado una de las deportivas de calle más impresionantes de los últimos años.

Lo primero que te llama la atención de esta moto, es su línea, tiene una mezcla de agresiva y elegante, pero cuando te sientas encima de ella, te tranquiliza comprobar que esa imagen de radical no se ha trasladado a la postura que adoptas sobre ella. Impresionan los acabados y la terminación de los mismos.

Pero con diferencia lo que más asombra, o quizás debería decir, abruma, es la potencia descomunal del motor alemán, declarando 193 CV. a 13.000 r.p.m., os podéis imaginar que se puede sentir conduciendo esta máquina, pero por si esto os pudiera parecer poco, la firma Alemana a dotado a su moto de una lista de gadgets, digna de el Agente 007, equipa uno de los mejores controles de tracción que existen en el mercado, que nos ofrece la posibilidad de graduar el intrusismo del mismo en nuestra forma de pilotar, optando por conectar el "anti-wheelie", (anticaballitos), también podemos disfrutar de un ABS racing de última generación. 

La 1000RR, está empezando ya a dominar algunos campeonatos, como el español de Stock Extreme, con Javier Forés a los mandos, según palabras del piloto, "la parte ciclo de la moto funciona a la perfección, y destacaría además el control de tracción y el enorme potencial del motor", y estoy seguro que el año que viene en el Mundial de Superbikes peleará de tú a tú con la Aprilia de Max Biaggi.

Lo único que no termina de convencerme es el faro asimétrico que ocupa la cúpula, quizás será cuestión de acostumbrarse, por lo demás es una "pedazo moto" del manillar a la matrícula.