martes, 26 de octubre de 2010

Shoya Tomizawa







Hace ya, casi dos meses, desde que lamentablemente falleciera Shoya Tomizawa, en el Gran Premio de San Marino. Se han escrito mil opiniones sobre si se actuó como correspondía o no, respecto a la paralización de la carrera. En mi opinión, creo que se debió sacar bandera roja, independientemente que los comisarios estuvieran bien protegidos por la señalización que se utilizó, y que a Shoya se le retirara rápidamente de la pista, tanto el médico de pista como el director de carrera, el cual estaba en contacto con el primero por walkie, sabían de la extrema gravedad de las heridas del piloto Japones, sólo por solidaridad, de lo cual me consta que los moteros hacemos gala con asiduidad, se debería haber suspendido inmediatamente, no solo la carrera de Moto 2, sino también la de Moto GP.
Por desgracia, me temo, que tuvieron mucho que ver los contratos de publicidad y las audiencias, en tomar la decisión de seguir. Me quedo principalmente, con la reacción de todos los que estaban comentando en TVE, la carrera, pero sobre todo, con la de Angel Nieto, desde el instante en que ocurrió, su experiencia en mil batallas y porqué no, en mil caídas, sabía que Shoya, se había hecho muchísimo daño, se le notaba en como se le quebró la voz, que a Tomizawa sólo un milagro le podía echar una mano, desgraciadamente no fué así.
Como pasa siempre que alguien muere, y sobre todo si es conocido por televisión, no tardaron mucho tiempo en aparecer todo tipo de aduladores de la miseria, diciendo que si era fantástico, que menudo pedazo piloto, etc... Todo eso queda muy bien en tertulias y noticiarios de las 15:00h. Realmente hasta que comenzó esta temporada en la nueva categoría de Moto 2, no es que hubiera sobresalido especialmente en el mundial, había participado en el campeonato japonés de 125 c.c. y 250 c.c, pero nunca con resultados espectaculares. Sinceramente, lo que me entristece es que un motero haya muerto, pero lo mismo, que cuando otro sufre el mismo destino en una carretera perdida en un puerto de Galicia, o de Soria, y que nadie más que su familia y sus amigos se acuerdan de él. Aprovecho este homenaje a Shoya, para extenderlo a todos esos compañeros que algún día nos dejaron haciendo lo que más nos gusta. Montar en moto. Un abrazo a sus familiares y amigos.



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