En el pasado salón Intermot de Colonia, la firma de Akashi presento la actualización de su Superbike. La verdad, es que realmente no es una actualización del antiguo modelo, sino una partida desde cero para crear una moto completamente nueva.
Para empezar, el chasis es un doble viga en fundición de aluminio con sólo siete piezas soldadas entre sí, el silenciador es totalmente nuevo, (aquí se observa que incomprensiblemente, el que diseña los escapes en la firma japonesa, sigue en nómina, lo dicho, incomprensible, de lo más feo que he visto últimamente).
La precámara que aloja el doble catalizador, tiene la opción de desmontarse para acortar la distancia entre ejes cuando se entra en circuito, monta unos nuevos frenos con ABS incorporado, cuyos sensores son utilizados también por el nuevo control de tracción instalado en este modelo, éste dispone de tres posiciones, mojado, carretera y circuito, con la opción de poder desconectarlo si así se desea, ha sido bautizado con el nombre de S-KTRC, y ha sido desarrollado por la marca alemana Bosch.
Otro cambio que apreciamos a simple vista y ésta lo agradece es la modificación de la ubicación de los intermitentes delanteros, solucionados de una forma muy poco afortunada en su predecesora, ahora están insertado en el cuerpo del retrovisor, no en una verruga adosada como antes.
Uno de los aspectos que visualmente más llama la atención es la vista del cuadro de relojes, parece una nave espacial, y lo digo como piropo, visión espectacular y además con la información muy clara y fácil de leer.
En el motor se han incrementado los cuerpos de admisión para pasar de 43 mm. a 47 mm., además de contar con una válvula que ajusta el ralentí automáticamente.
Por último se ha hecho una revisión completa a las formas de la carrocería, la cual le ha sentado de maravilla, añadir que la decoración del modelo para el campeonato de SBK, es impresionante.
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